¡Claro que puedes! Se trata de entrenar y ejercer cada día la capacidad de percibir, asimilar, comprender y regular las propias emociones y las emociones de los otros. Así como con la inteligencia académica, obtienes un crecimiento intelectual, desarrollando tu inteligencia emocional podrías obtener un crecimiento.
“Cualquier ser humano puede no estar a la altura de sus capacidades habituales cuando actúa movido por la prisa.”
Eiji Yoshikawa
Crecer emocionalmente, implica un autoconocimiento sincero y humilde, saber aceptar nuestras luces y sombras. Aceptar lo que somos, nos ayudará a tener claro que mejoras necesitamos, ya que identificaremos nuestras reacciones, saber su origen está bien, pero lo importante es saber regularlas en el presente para que no perjudiquen nuestro día a día.
No es fácil desarrollar nuestras competencias emocionales; por eso es recomendable empezar desde pequeños, ya que implica una práctica constante de adaptación a las diferentes situaciones y contextos.
Los seres humanos solemos ser más negativos que positivos, por tanto desarrollar y ejercitar las emociones positivas es un trabajo diario.
Ser optimista, tolerante, paciente, resiliente, empático, generoso, etc. es activar conscientemente una nueva actitud ante la vida. Es el mismo trabajo ser positivo que negativo; así que porque no plantar más semillas en el lado de la claridad (emociones agradables, adaptativas o positivas) que en el lado oscuro plantando cada día emociones desagradables, desadaptativas o negativas.
¡La vida te da la oportunidad de escribir tu propia historia cada día! Puedes decidir escribir una llena de drama, de terror, victimismo o una de aventuras, comedia o de amor. ¡Sé sabio y escribe una buena historia!
Cecilia Clemente
Solo cuando hayas aprendido de ti, estarás mejor preparado para reconocer, percibir y comprender las emociones de los demás. www.ceciliaclemente.com.
