Encontramos diversos estudios y referencias que abordan el desorden y sus posibles consecuencias.
Un estudio realizado por la Universidad de California determinó que las personas que viven en hogares desordenados o sucios tienen mayor índice de cortisol, la principal hormona del estrés.
La revista semana (2019), señala que: “Vivir en un lugar desorganizado tiene un impacto negativo para la salud mental y física. Quita tiempo, causa remordimiento, pero también afecta la satisfacción de la vida y produce otros síntomas como el cansancio y el estrés.”
Un trabajo publicado en la revista Journal of Personality and Social Psychology, en 2010, ya advertía que los miembros de una familia que consideran que su hogar está atestado de objetos innecesarios o que necesita más limpieza tienen más propensión a presentar niveles elevados de cortisol a lo largo del día (Revista Semana, 2019).
El estudio de Gàlvez, Torres y Díaz (2022), nos habla de “La afectación de la salud mental y disminución de la productividad en las personas, generadas por el desorden y el uso inadecuado de espacios.”
Otro estudio, publicado en el British Journal of Sports Magazine, arrojó como resultado que dedicar tiempo a las tareas del ordesn puede reducir el estrés y la ansiedad de manera trascendente. Este tipo de actividades, además de contribuir con la salud mental, implican actividad física que resulta altamente beneficiosa para el organismo en general “El cerebro es un sistema permanentemente anticipador, el orden contextual le resulta más previsible y menos generador de estrés. Por ello, busca patrones regulares en el exterior para huir de la incertidumbre. Lo inesperado e irregular aumenta el cortisol y predispone en quienes tienen más vulnerabilidad a estados depresivos o ansiosos”, explica a Infobae el médico psiquiatra Claudio Bernard Dresl (MN 67533) (Infobae, 2021).
Cuando se habla de una habitación desordenada, hay muchos niveles de desorden; realmente una habitación está en movimiento constante y debe ser así!, pero una cosa es que tu habitat esté emovimeinto y otra en caos. El interior de una habitación puede representar los diferentes estados de ánimo. No es posible aniquilar el desorden al completo, pero hemos de tener claro que el desorden de una habitación no es instantanea, es más bien la acumulación gradual y cíclica; según Vivian Avaenshushan en su libro una habitación desordenada; comenzamos por acumular hojas dispersas, luego se acumulan 2 o 3 libros o revistas; más tarde se expande hasta las tazas o botellas vacías y así poco a poco se extiende a la ropa; y sin darte cuenta se edifica un imperio de caos!
En el cuento que acabo de escribir, “Mi habitación es un caos”, me refiero a una habitación desordenada, a tu habitat, en este caso de los chicos y chicas, pero también puede ser una habitación de los adultos.
Cuando quieres encontrar el origen o el lugar de una cosa, o en el caso del cuento, la mascota de la niña que causalmente se llama ESPI (su consciencia, su espíritu interior…) es una tarea que se convierte en tediosa, estresante y quita mucho tiempo, además de ponerte de mal humor.
No se trata de renunciar a algún desorden temporal, sino de que no te domine el caos y la confusión que te haga sentirte hundida en medio del imperio del desorden.
Por tanto, teniendo en cuenta estos problemas se puede identificar la necesidad de tener una habitación o ambiente agradable y organizado que apoye y genere bienestar y tranquilidad mental a las personas.
El orden como solución al caos emocional! En el caso de nuestros hijos, el orden como herramienta para tener las emociones ordenadas.